jueves, 16 de mayo de 2013

Wikileaks: la resurrección de la democracia


Fuente: wikileaks.org
Dos año después, parece que casi nadie se acuerda de Julian Assange y Wikileaks. Mientras tanto, algunos problemas persisten: La crisis económica sigue ahogando a los ciudadanos, que asisten atónitos a las mentiras de sus presidentes y monarcas. Los recortes crecen proporcionalmente al pesimismo de la gente. La desesperación ya no deja espacio para pensar en otra cosa y menos para acordarse de un 2011 y 2012 tan grises como el año que tenemos por delante. Pero hay algunos logros que sí merece la pena recordar.

Como ya anunciábamos, en el ámbito periodístico el 2011 fue el año de Wikileaks. La organización de Julian Assange golpeó los cimientos de muchos regímenes democráticos o ¿quizás deberíamos llamarlos pseudocráticos?: “Assange y su constelación de colaboradores denuncian la conversión de la democracia (ya sin adjetivos) en pseudocracia: el gobierno de la mentira (pseudo, en griego). Un modelo que se justifica y presenta como securocracia: el gobierno que recorta la libertad en nombre de la seguridad. El miedo a la libertad es su esencia fundacional. El totalitarismo su unidad de destino Universal”. (Víctor Sampedro, 2011)

En realidad, los documentos facilitados por Wikileaks son sólo la constatación de que lo que todos ya sabíamos. Tras la aparición en el escenario mediático de todas estas revelaciones, quedó más que demostrado el poder de Estados Unidos como un incuestionable árbitro internacional. Como ejemplo, podemos destacar dos cuestiones muy polémicas sobre las que se perciben los intereses del gobierno norteamericano: la ley Sinde y el asesinato de José Couso. La importancia de estas filtraciones se constató con la reacción de los gobiernos implicados, desacreditando a su fundador, Julian Assange, y prohibiendo el sistema de donaciones. Desde que estalló la bomba informativa, Julian Assange ha sido perseguido e incluso acusado de abusos sexuales. Para ejemplificar la locura a la que se llegó, sólo hay que citar la existencia de unas fotografías que circularon por Internet, en las que se mostraban los condones supuestamente usados por el fundador de Wikileaks.

Si nos centramos en las consecuencias para el sector periodístico, Wikileaks ha dejado en evidencia a las empresas periodísticas, demasiado preocupadas en no desvelar escándalos por los intereses económicos y políticos que hay detrás de las mismas. Esta página web no es más que la prueba de la escasa confianza que despiertan los medios de comunicación para la sociedad ya que han dejado de cumplir su función como vigilantes del poder. Por ello, algunos ciudadanos han utilizado Wikileaks como contenedor de informaciones, refugiándose en la absoluta privacidad garantizada por sus creadores.  El problema es que dos años después, apenas ha habido repercusiones para los gobiernos implicados. Este tipo de datos deberían derribar o al menos noquear a algún que otro político y sobre todo, deberían hacer reaccionar a los ciudadanos. Sin embargo, las protestas han quedado reducidas a unos cuantos comentarios en las redes sociales. No debemos olvidar que “Wikileaks constituye, ante todo, una llamada a que nos autoconvoquemos como contrapoder democrático. En términos de fábula: es un llamamiento a que nos constituyamos en cibermultitudes que, pasando de la pantalla a la calle y a las instituciones, denuncian al emperador desnudo de turno y respaldan a las nuevas generaciones de activistas que primero mostraron las verguenzas del poder”. (Víctor Sampedro, 2011)

¿Os suena a algo todo esto? Pues sí, este recordatorio no es casualidad. Ayer, se cumplieron dos años de aquel 15 de mayo en el que todos despertamos. Y en el que alzamos la voz para pedir una democracia real urgentemente. Tal vez, la creación de Assange y otros medios de comunicación globales sean el camino para lograrlo: “Wikileaks puede regenerar y poner en su lugar al cuarto poder, la prensa, posibilitando un nuevo ecosistema informativo y puede, finalmente, regenerar la democracia”. (Víctor Sampedro, 2011) Crucemos los dedos.

martes, 14 de mayo de 2013

¿Qué ha sido del 15M en Cuenca?

                                         Fuente: Ana Baeza
Dos años después de que estallara el 15M,  surgen preguntas acerca de la presencia de este movimiento en las ciudades españolas. En las capitales como Madrid, Barcelona o Valencia, es evidente que la actividad continúa a través de diferentes mecanismos. Sin embargo, existen dudas en cuanto a la situación en las ciudades pequeñas, como es el caso de Cuenca. ¿Es posible que el movimiento haya permanecido o se ha fragmentado? ¿Ha perdido fuerza o ha desaparecido?

Antes de la concentración masiva en Sol, en muchas ciudades españolas se fueron organizando distintas concentraciones bajo los lemas de ‘Democracia Real Ya!’ o ‘Estado de Malestar’. En el caso de Cuenca, Marta Pérez y Flora Pérez se encargaron de organizar concentraciones todos los viernes formadas unas veinte personas con el lema de ‘Estado del Malestar’, al igual que en otras ciudades españolas.

Después de un mes de movilización en la Plaza de San Esteban, la Acampada Cuenca levantó su campamento el 19 de junio de 2011. Tras el verano, hubo un repunte en la actividad con la manifestación del 15 de octubre pero el resurgir no duró demasiado.

Con el paso del tiempo, han ido apareciendo diferentes grupos que articulan las luchas en la ciudad conquense: Plataforma contra el cementerio nuclear en Cuenca; Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), creada recientemente; Plataforma en defensa del ferrocarril público y social de cuenca, Plataforma para la defensa de los servicios públicos y sociales de Cuenca, la cual se divide en las siguientes secciones:  Asamblea Intercentros de Cuenca, constituida sobre todo para profesores de los institutos; Movimiento Estudiantil Universitario de Cuenca (MEUC) y, Coordinadora de Estudiantes e Institutos en Cuenca (CEIC), y la Plataforma por la Defensa de la Sanidad Pública en Cuenca.

Al haberse concretado los objetivos, también ha cambiado el perfil de los militantes. En función de la materia de las reivindicaciones (educación, sanidad, afectados por la hipoteca, etc.), suele predominar un perfil característico. Por lo general, las nuevas plataformas están formadas por gente de mediana edad que se ve perjudicada por los recortes o la legislación restrictiva en diferentes sectores. En relación a ello, Marta Pérez, una de las promotoras del 15M en Cuenca, que en la actualidad colabora en la comunicación y cartelería de diferentes asambleas  cree que es un error: “Antes teníamos unos objetivos más generales, pedíamos más democracia, íbamos en contra del sistema… Y sin embargo, ahora se ha ido demasiado a lo concreto. Está muy bien que la gente se agrupe y defienda lo que les toca a nivel de su trabajo. Pero para mí, es un problema que esas personas se centren solo en defender lo suyo. Me parece una postura un poco egoísta. Además, la raíz de todos los problemas es la misma: el sistema”. Según esta indignada debería haber más unión y claridad entre los integrantes de estas plataformas. También considera que es un problema que muchos de los que integran las plataformas pertenezcan a partidos políticos como PSOE y se replantea dudas acerca de las intenciones de este tipo de filiación. Según Pérez, es un error denunciar al gobierno popular sin hacer autocrítica, ya que induce a la confusión de la ciudadanía.

En cuanto a la desintegración del 15M en diferentes asambleas, muchos de los entrevistados lo achacan al hecho de que Cuenca sea una ciudad pequeña, con poco ambiente y cercana a Madrid. Así lo cree Marta Pérez: “En Cuenca, había mucha gente que estaba a favor del movimiento pero miraban a Sol. Nos veían como los cuatro niñatos que no saben de lo que hablan, o al menos, esa es la sensación que yo tengo. De hecho, había personas que iban a manifestarse a Madrid y en realidad, donde hacían falta fuerzas era aquí”.

Lo cierto es que la mayoría de los que en su día integraron el 15M en Cuenca, se han ido desvinculando. Según Marta Pérez, las razones se basan principalmente en cambios de residencia, falta de compromiso por falta de tiempo, concreción de los objetivos, etc. En otros casos, han prevalecido otras razones de carácter más personal como reconoce Ana Baeza, una de las antiguas integrantes: “No sigo vinculada al movimiento porque ya no vivo en Cuenca por una parte, y por otra parte porque dejó de ser lo que yo esperaba y se politizó mucho, se burocratizó cualquier acción y en las asambleas no se llegaba a nada, era todo marear la perdiz. Ya no era aquello en lo que había empezado con tanta ilusión...”

A pesar de que ya no continúen los mismos miembros, la actividad no ha cesado, simplemente se ha transformado en objetivos a corto plazo, más concretos. Así lo explica el sociólogo Manuel Castells :  “Este es un movimiento rizomático, con múltiples nodos cambiantes y autónomos, que vive en las redes sociales en internet y entre la gente, que mantiene el fuego de la indignación mientras las cosas sigan como siguen y que aparece, desaparece y reaparece en el espacio público para palpar su existencia y elaborar un proyecto de cambio social. Al ser un movimiento sin jefes, basado en la horizontalidad y la participación, sin normas ni programa, supera cualquier circunstancia. Ni se crea ni se destruye, se transforma. Incluso sobrevive al peligro de los movimientos sociales: su autodestrucción por peleas internas”.

La evolución del movimiento en Cuenca ha demostrado que hay motivos para la esperanza. La reciente intervención para que no se privatizara la perrera municipal ha logrado salvar la vida de muchos animales. Además, existe una lucha activa para que el ayuntamiento conquense no privatice la gestión del agua. Todo ello demuestra que la actividad conquense sigue funcionando. Puede que haya cambiado la organización del movimiento, pero la esencia sigue viva.

jueves, 9 de mayo de 2013

Las últimas tiradas


Paul  Starr abre las puertas de nuevo a la inquietante cuestión que hoy en día acosa al periodismo: ¿Es el principio del fin de la prensa escrita?
La prensa escrita lleva ocupando el día a día del ciudadano de a pie desde hace décadas. Ha conocido lo que es la competencia, el monopolio y ha tocado todos los temas que se podían tocar. Ha estado en lo más alto y en lo más bajo, se ha consolidado como un servicio necesario en la sociedad y a veces casi ha tocado fondo. Sin embargo, la prensa siempre ha sabido sobrevivir a la adversidad que este gremio tan efímero le ha producido. Siempre se escucha mucho eso de “renovarse o morir” y parece ser que esto siempre ha servido a la prensa como consigna a lo largo de su evolución. Desde los nuevos formatos de prensa hasta el surgimiento de nuevos medios de comunicación como la radio la televisión, y ahora internet. Este último puede que sea la causa definitiva de la desaparición a priori de este medio tan representativo del periodismo que es la prensa escrita. Pero como todo, tiene también otras causas.

Antes del estallido de esta crisis económica, la prensa empezaba ya a descender en picado en una crisis propia de la que aún es víctima. Los avances tecnológicos y el surgimiento de los nuevos medios audiovisuales han condicionado en demasía su situación en el mercado.  Los ingresos por publicidad disminuyen, los hábitos de compra diaria se cambian por consultas esporádicas por internet y la inmediatez y actualidad que ofrecen la radio o la televisión se convierten en duros competidores de la prensa escrita. Pero el principal enemigo del papel es la prensa “en línea”. La sociedad comienza a aparcar la información de los diarios para informarse sobre lo que acontece en el mundo a través de la red.

Pero esta aparente ventaja quizás no lo es tanto. El hecho de que cambiemos la información rigurosa y contrastada y el análisis e investigación que nos ofrece la prensa escrita por la información ubicada en foros, blogs o redes sociales, puede poner en peligro aquello que intentamos no consumir: desinformación. Ese extraño vicio de convertirse en periodista a través del rumor y de lo comentado puede llegar a convertirse en el sustituto del periódico diario, trabajado y contrastado. Esto pone de manifiesto el eterno debate ¿es internet la fuente definitiva para estar bien informados? Naturalmente no se niega la evidencia de que nos encontramos en una nueva era en el que los profesionales de la información utilizan internet como una de sus principales herramientas, pero no podemos dejarnos llevar tampoco por todo lo que se nos muestre en la web. Este hecho podría propiciar un paso atrás en lo que respecta a estar bien informados, algo que nos ofrece la prensa escrita.

Como ha querido dejar claro Paul Starr, la prensa siempre ha sido el heraldo de la información y del control de los gobiernos, aunque a veces no haya ejercido esa función correctamente.  Este género nos ofrece a diferencia de otros, profundidad, análisis, contraste e investigación, unas características que no pueden ofrecer otros géneros. Si bien es cierto que la radio y la televisión también nos proporcionan contraste y buenas fuentes, pero su inmediatez y su fugacidad constante siempre dejan a un lado la rigurosidad de análisis que ofrece la prensa. Estas características se pueden ver truncadas con el mal uso que hagamos de internet con respecto a la información.

Por otro lado, se plantean varias consecuencias con respecto a esta crisis de la prensa. Son muchos los diarios que se ven afectados por este declive de la prensa. Starr habla de EEUU, pero es un fenómeno que afecta a toda la prensa del mundo. La falta de ingresos supone la reducción de plantilla, lo que reduce la obtención y construcción de material informativo. Se suprimen las corresponsalías y algunos pasan sus tiradas de diarias a semanales. En definitiva, la calidad periodística de la prensa se está viendo mermada. Pero ¿es sólo una muestra de la futura extinción de la prensa en papel? Quizás no debamos ser tan dramáticos, es posible que no haya un final definitivo para los periódicos, puede que sólo se trate de reinventarse como siempre. Pero si existe un final, será causado paulatinamente por su férreo enemigo: internet. La red nos ofrece un sinfín de posibilidades informativas, pero podría suponer la desaparición de la prensa sobre la que soportamos realmente nuestro conocimiento sobre el mundo.

Esta crisis está afectando a muchos ámbitos. Empezando por los periódicos locales y regionales, que cuentan con la negativa de no tener muchos anunciantes, hasta los magnates de la prensa nacionales que poco a poco ve como bajan sus ingresos. Son estos gigantes los que se aplican el cuento al ampliar sus diarios al espacio web, poniendo en práctica procesos de convergencia para no quedar obsoletos.

Pero a pesar del poder de los gigantes escritos, ninguno es inmune a la crisis económica que vive el periodismo actualmente. Las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías están dejando en evidencia al caduco modelo industrial y de negocio que domina el sector. Los periódicos impresos se ven abocados progresivamente a la extinción. Desde medios como El País, se ha apostado por la convergencia como entendida como: “proceso multidimensional que facilitado por la implantación generalizada de las tecnologías digitales de la telecomunicación, afecta al ámbito tecnológico, empresarial, profesional y editorial de los medios de comunicación, propiciando una integración de herramientas, espacios, métodos de trabajo y lenguajes anteriormente disgregados, de forma que los periodistas elaboran contenidos que se distribuyen a través de múltiples plataformas” (Salaverría, Ramón y García Avilés, José: La convergencia tecnológica en los medios de comunicación: retos para el periodismo: 2008). El principal objetivo ha sido el de evitar la pérdida de puestos de trabajo.

Sin embargo, el problema está lejos de ser resuelto ya que desde 2008, Internet se ha consolidado como el único medio capaz de generar beneficios. Por ello, la pregunta que se hacen actualmente los directivos de estos periódicos es: ¿cómo seguir potenciando la versión online sin descuidar el tradicional producto impreso? Y si ni siquiera los ingresos en Internet, alivian la crisis del medio escrito, ¿cómo se puede asegurar su pervivencia? ¿Cómo sostener un negocio que se alimenta de unos ingresos publicitarios cada vez menores? Quien resuelva el enigma, habrá dado con la piedra filosofal para el futuro de la prensa.

martes, 7 de mayo de 2013

Una mirada a través de los muros de la Casa Blanca

‘The West Wing’, o en español, ‘El ala oeste de la Casa Blanca’, es una serie estadounidense creada por Aaron Sorkin, avalada por tres Globos de Oro y veintiséis premios Emmy. Durante siete temporadas, Sorkin y su equipo nos acercan a la infraestructura comunicativa de la Casa Blanca. Tal vez ahí resida su éxito ya que el espectador se sumerge en un entramado totalmente desconocido para cualquier ciudadano medio.

Como es de suponer, el capítulo piloto es una presentación de los profesionales que rodean al Presidente Josiah Bartlet (Martin Sheen). En este caso, la trama gira en torno a Josh Lyman, ayudante del Jefe de Gabinete. Unas declaraciones algo desacertadas contra la derecha cristiana ponen en entredicho su puesto. Por este motivo, Toby Ziegler (Richard Schiff) intenta hacer que rectifique ya que él es el Director de Comunicaciones. Su función se resume en esta frase a Josh: “Yo soy el encargado del mensaje que hay que dar”. Ante la negativa de Lyman de acudir a un encuentro con los integrantes del partido cristiano, Ziegler le recuerda: “Es mi trabajo decirle al presidente que lo mejor que puede hacer desde el punto de vista de las relaciones públicas es despedirte”. 

En este capítulo, también comprobamos el poder que ejerce Leo McGarry (John Spencer) como Jefe de Gabinete de la Casa Blanca. Es el hombre más cercano al presidente y por lo tanto, todas las decisiones pasan por su despacho. De hecho, es McGarry quien se encarga de reunir al equipo para organizar el trabajo y tomar las decisiones pertinentes. Por otro lado, tenemos a C.J. Cregg (Allison Janney) que trabaja como Secretaria de Prensa. Además, es el enlace entre la institución y los medios de comunicación ya que también ejerce la labor de portavoz.

En realidad, lo más interesante de este capítulo es ver cómo se gestiona el mensaje político y cuáles son las funciones que desempeñan cada uno de los personajes. Este trabajo es muy importante ya que políticos y periodistas conviven y se influyen entre sí. No podrían subsistir los unos sin los otros. Parece que “la política que hoy día no sale en los medios de comunicación no existe; el político que no aparece en la prensa, no trabaja”  (Canel, 1999). Por ello, los responsables de comunicación de cualquier institución o partido han de definir de antemano la estrategia a seguir. Y sobre todo, deben conocer bien los ritmos y exigencias informativas para que no se perturbe la intención inicial de su mensaje.

En el capítulo siguiente, comprobamos todavía mejor hasta qué punto es relevante la labor de los asesores presidenciales. Tanto es así que todos trabajan codo con codo, sin que apenas existan secretos entre ellos. Un ejemplo lo encontramos en el affaire de Sam Seaborn (Rob Lowe) con una prostituta. Como ayudante del Director de Comunicaciones de la Casa Blanca, sabe la importancia de transmitir una imagen ejemplar. Por ello, decide contarle todo a Josh Lyman y Toby Ziegler. Éstos se alarman cuando Sam les confiesa que un periodista les vio juntos en el restaurante. Aún así, Seaborn hace caso omiso de las recomendaciones de ambos y decide volver a ver a la chica. Esto nos demuestra la responsabilidad de la que tienen que hacer gala los políticos ya que cualquier error puede ser difundido por un periodista, lapidando su carrera. No podemos olvidar la función del periodismo como un perro guardián que pretende evaluar la autoridad de nuestros representantes y reivindicar el derecho a saber de la ciudadanía.

Por otra parte, es interesante analizar la estrategia de comunicación del ficticio Presidente Bartlet (Martin Sheen) ya que es muy similar a la de Bill Clinton. En relación a esto, es importante señalar que la serie coincide con el mandato de éste último. Algunas de las características que tienen en común ambos gabinetes es el estilo desenfadado, espontáneo y directo. Un ejemplo lo tenemos en las ruedas de prensa de C.J., que no duda en utilizar el sentido del humor para contestar a los periodistas. Como señala María José Canel, el éxito de un portavoz reside en “estar suficientemente asequible a los medios de comunicación”. También observamos una tendencia hacia la visibilidad en los media,  propia del gabinete Clinton. De hecho, el equipo no duda en reunir a los periodistas para explicarles algo tan trivial como el esguince del presidente. De esta manera, consiguen mantener una relación cercana con los medios y adelantarse a sus necesidades.

También podemos encontrar esa cercanía en la figura del Presidente ya que no duda en llamar a la viuda de un médico asesinado por un misil sirio. En la serie se insiste constantemente en la bondad e inteligencia del Presidente Bartlet. Aparte de las cualidades innatas de cualquier político, “su liderazgo depende de la relación particular que tiene con sus seguidores, es decir, de lo bien que se lleve con todos aquellos a quienes tiene que liderar” (Nimmo, 1970). Entre ellos, se encuentran los votantes, el equipo gubernamental, los parlamentarios o congresistas y el partido político al que pertenece. “La comunicación presidencial está dirigida a todos estos grupos de seguidores, por medio de la creación de un liderazgo simbólico, es decir, de una combinación de lo que el Presidente es y de lo que él se construye con las técnicas de comunicación” (Denton y Hahn, 1986). Es ahí donde entra en juego la estrategia comunicativa preparada por el equipo presidencial, tan bien retratada a lo largo de las siete temporadas.  

En definitiva, lo que nos muestra esta serie es la necesidad que tiene el Gobierno de llevar a cabo una “campaña permanente”, lo cual implica el entendimiento de cada uno de sus miembros. Cualquier espectador se verá atrapado enseguida por la rapidez y trascendencia de los acontecimientos. A esto, hay que sumar la cuidada puesta en escena y la credibilidad que desprende cada una de las situaciones retratadas. Todo ello hace de ‘El Ala Oeste de la Casa Blanca’ una de las mejores series de los últimos tiempos ya que mediante unas excelentes actuaciones y un acertadísimo guión, consigue atrapar a partes iguales a crítica y público. 

viernes, 26 de abril de 2013

¿Es el periodismo ciudadano un caballo de Troya para los medios?


                         Fuente:(cc) Moomettesgram - Flickr
Hoy en día, son muchas las empresas periodísticas que se encuentran en una encrucijada, tanto desde el punto de vista económico como estructural. Además de verse sacudidas por la crisis general, viven una crisis interna, caracterizada por el descenso de la credibilidad y la calidad. En este contexto, las nuevas tecnologías y los social media se han convertido en los protagonistas de un ecosistema mediático en constante cambio. Uno de los fenómenos que más ha revolucionado e influido este sector es el periodismo ciudadano o participativo, nacido principalmente como resultado de la avalancha digital. Gracias a la extensión de Internet y las redes sociales, los ciudadanos se han convertido al mismo tiempo en emisores y receptores de información. Ante la devaluación de la profesión periodística, el periodismo ciudadano se ha erigido como el mejor representante y altavoz de la conversación social. Los criterios que priman son la colaboración, la inmediatez, la participación de los usuarios y la interactividad.

Sin embargo, no se debe confundir la información que aportan los ciudadanos con el periodismo. En palabras de J.A. Álvarez Gundín en el libro ‘El periodista en la encrucijada’: "El ciudadano crea información, pero no crea periodismo, que es distinto. El periodismo exige al menos, unos criterios de valoración y de jerarquización, una reflexión sobre ello y una propuesta, que hoy seguimos llamando propuesta editorial".

A pesar de que el periodismo ciudadano tenga multitud de ventajas (mayor retroalimentación, intercambio de contenidos, participación del público, fuentes directas, reducción de intermediarios y vías no oficiales que suministran información), también implica el peligro de contaminar la verdadera función del periodista: mediador entre el poder y la ciudadanía. Los periodistas son necesarios en la medida en que contrastan y contextualizan los contenidos. Es decir, son profesionales de la información que cuentan con una formación y una serie de principios y técnicas de verificación que aportan valor a las noticias. Esto es fundamental ya que no todos los contenidos suministrados por los ciudadanos tienen la calidad o la fiabilidad como para ser considerados "periodismo".  

Aun así, sería un error obviar el poder e influencia de la sociedad como productora de información. Como señalaba Manuel Castells en una entrevista con la Universidad Oberta de Cataluña: “Los grandes medios de comunicación no tienen elección. O se alían con internet y con el periodismo ciudadano, o se irán convirtiendo en marginales y económicamente insostenibles”. Es decir, se trata de un fenómeno demasiado asentado como para no aprovechar sus cualidades. 

En mi opinión, el periodismo participativo es necesario y beneficioso siempre que no sea el sustituto del periodismo tradicional. De ser así, se convertiría en un auténtico caballo de Troya para este sector. Por ello, su única finalidad ha de ser servir como complemento para potenciar una comunicación más abierta, horizontal y humana. 

miércoles, 10 de abril de 2013

¿Cuáles son las técnicas para la comunicación del mensaje político en las instituciones?


Hoy en día, nadie duda del protagonismo que ha cobrado la comunicación verbal y no verbal en el mundo de la política. Se calcula que detrás de un líder nacional, hay un equipo formado por unas cien personas. A nivel local donde el presupuesto escasea, la preparación y el volumen de los equipos se reduce a un pequeño gabinete de prensa. Aún así, el propósito es el mismo: dar a conocer públicamente sus decisiones para que sean aceptadas por los votantes. Para ello, se emplean unas serie de técnicas de comunicación entendidas como “el conjunto de reglas (principios) y procedimientos (aplicaciones específicas) de la comunicación de intención persuasiva que, con recursos psicológicos e informativos, llevan a cabo las instituciones para influir en los destinatarios con el fin de conseguir en éstos una adhesión permanente para ejercer y distribuir el poder, y realizar el bien público”. (Canel, 1999)

Con este propósito en mente, normalmente “el diseño de las estrategias comunicativas comienza con el planteamiento de las clásicas preguntas de Lasswell: quién (emisor), dice qué (mensaje), por qué canal (oral o escrito), a quién (receptor) y con qué efectos (incidencia en la actitud de los receptores)” (Laguna, 2010). Éste simplemente es el primer paso que ha de tener claro cualquier institución, pero las técnicas de comunicación van mucho más allá. Graber realiza la siguiente clasificación:

-  Cesión de información
-  Ocultamiento de información
-  Escenificación u organización de eventos
-  Comunicación persuasiva o publicidad institucional

Es importante señalar que estas estrategias hacen su aparición cuando el político ha ganado unos comicios y no sólo en la campaña electoral. A pesar de que ya ostente el poder, éste ha de conservarlo. Por ello, el equipo que lo rodea tiene que esforzarse en realizar una “campaña permanente” donde el líder mantenga su imagen de cara a sus votantes. El político añade un plus de responsabilidad a su gestión ya que no goza de la misma libertad que antes. No puede hacer promesas con “fecha de caducidad incorporada” (Del Rey, 1997). O dicho de otro modo, mientras éste era candidato los compromisos y propuestas no tenían la misma validez que durante su mandato. De hecho, el incumplimiento de lo que dijo puede enterrar la confianza que en él depositaron aquellos que le apoyaron en las elecciones.

Volviendo a las técnicas de comunicación antes citadas, Canel señala que el éxito de las misma se basa en la justa medida con que se combinen. Esto quiere decir que los Gobiernos no utilizan una u otra estrategia, sino que optan por un equilibrio entre las mismas según sus necesidades políticas.

La cesión de información es básica ya que los políticos son conscientes del papel de los periodistas como enlace con los ciudadanos. Por este motivo, utilizan el poder que tienen los medios de comunicación de masas para difundir aquello que les interesa. Para ello, intentan mantener una relación cercana y constante con los media y se esfuerzan por satisfacer sus demandas. De esta manera, pueden atraer con mayor facilidad a los periodistas y “colar” informaciones que de otra manera no llegarían a los ciudadanos.

Respecto al ocultamiento de información, hay que señalar que los Gobiernos tienen el derecho a no desvelar determinadas informaciones si son perjudiciales para la “seguridad del Estado”. El problema es que a veces esto es una mera excusa para evitar publicaciones que afectan a la institución en sí, no a los ciudadanos. Entre las estrategias que utilizan los políticos encontramos: las mentiras, la confusión intencionada, la suavización del lenguaje, la neutralización de las noticias negativas, el off the record y las filtraciones. Desgraciadamente, tenemos varios ejemplos en la historia reciente de nuestro país: ¿Quién no recuerda la insistente negación de la crisis por parte de Zapatero? ¿O la teoría del PP sobre la autoría de los atentados del 11-M?

Otra estrategia muy típica y necesaria es la organización de eventos. De esta manera, la institución intenta hacerse eco entre los medios. Entre este tipo de acontecimientos mediáticos, podemos destacar: las ruedas de prensa, los briefings de prensa, los eventos especiales como los homenajes y los discursos. A pesar de que sean maneras recurrentes de acercarse a las instituciones, los periodistas se quejan porque estos actos suelen estar muy institucionalizados y cada vez es más complicado obtener información.

Por último, hay que citar la publicidad institucional mediante los anuncios en los medios de comunicación y el correo directo.

En resumen, lo que pretenden demostrar tanto María José Canel como otros autores es la importancia que tiene el gabinete de prensa para el líder de cualquier institución. O en otras palabras, quieren dejar claro que la buena gestión de la comunicación es sinónimo de control sobre los votantes. Por este motivo, el equipo del político no deja nada al azar, conscientes de que cualquier error puede tener un precio muy alto para la permanencia en el poder. E incluso, puede ser irreversible…

domingo, 7 de abril de 2013

La diplomacia pública en la OTAN

Desde el punto de vista histórico, el término “diplomacia pública” fue acuñado por primera vez en los EEUU en 1965, en el marco de la Guerra Fría, por Edmund Gullion, decano de la Fletcher School of Law and Diplomacy de la Tufts University. En la década de los 70, este término fue utilizado por el Gobierno de los EEUU para designar a aquellos programas dirigidos a influir sobre la opinión pública exterior. La institución encargada de la diplomacia pública norteamericana hasta los años 80 fue la United States Information Agency (USIA), desmantelada tras el fin de los regímenes comunistas.

Además de ser el principal centro emisor de la diplomacia pública, los Estados Unidos también han sido el objetivo diplomático de otras muchas naciones. Este interés se basaba en el contexto de la Guerra Fría ya que ambos bloques mantenían una tensión permanente por temor a un ataque.

NATO-OTAN
                fuente: http://www.acus.org/content/nato-otan
Hoy en día, la diplomacia pública sigue siendo una pieza clave de todos los Estados, pero  también de muchos organismos transnacionales como la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte). Se trata de organización internacional de carácter militar fundada en 1949. Nació en plena Guerra Fría con el objetivo de frenar el afán expansionista de la URSS. Pese al fin del conflicto, continúa con su actividad. Actualmente, el papel de la OTAN consiste en garantizar la seguridad de todos sus miembros, defender los valores que constituyen la democracia, los derechos humanos y el Estado de derecho y contribuir en la paz y la estabilidad en el mundo. O al menos, eso es lo que pretenden.
También se encargan de potenciar las relaciones entre sus miembros y los contactos con otros países, por lo que la gestión de su imagen exterior es fundamental. De ello se encarga la División de Diplomacia Pública: “La División de Diplomacia Pública de la OTAN cubre todas las actividades que contribuyen a promover la imagen de la Alianza entre una variedad de audiencias, estableciendo redes de relaciones con círculos políticos, diplomáticos,administrativos y académicos para formar relaciones cooperativas”.(Departamento de Diplomacia Pública de la OTAN).

Esta división fue creada en 1999. Además de cuidar la imagen de la organización, también “es responsable de la información a un público amplio sobres las actividades y políticas de la OTAN, para lo cual desarrolla contactos con los medios, la página web, publicaciones, seminarios y conferencias, y un programa científico”. Para ello, esta División se encarga de organizar diversos actos públicos, gestionar los contactos entre los socios y elaborar una revista de actualidad política llamada NATO Review.

La División está formada por: Estudios de televisión y radio, oficinas de información en Moscú y Kiev, la Academic Affairs Unit para los proyectos de intercambio científico, una red de oficiales entre los países miembros, un servicio integrado de datos y diversos programas como el Comité de Seguridad a través de la Ciencia.

En resumen, su principal objetivo es generar confianza y aumentar la cooperación entre los Estados miembros y los no miembros para lograr acuerdos que respondan a los intereses generales de la organización.

viernes, 29 de marzo de 2013

De nuestros blogs no nos pueden echar

                                   Fuente: iberdrola.com
Nadie puede poner en duda que vivimos en un mundo sobre informado. Esto se debe, en gran parte, a las nuevas tecnologías ya que han potenciado aún más la capacidad de almacenamiento e intercambio de conocimiento. Un ejemplo lo tenemos en la web 2.0, caracterizada por la creación de contenidos por parte de los usuarios y la proliferación de las redes sociales. Según un reciente estudio de Interative Advertising Bureau en España, ocho de cada diez internautas usan algún medio social. Facebook ocupa el primer lugar con un 96% de usuarios, seguido de Twitter, con un 64%.

Conscientes de esta realidad, muchas empresas están incorporando estas herramientas como vías para darse a conocer y captar empleados. Hoy, más que nunca, somos lo que transmitimos en Facebook, Twitter o Linkedln. Según Alfonso Álcantara, especialista en empresa 2.0, “en Twitter generas marca; en Facebook, ‘vendes’; en Linkedin, conectas; en Pinterest, expones; y en tu blog, dispones”. Por ello, es fundamental trabajar y cuidar la marca personal en Internet. La configuración de la identidad cobra verdadera importancia en sectores como la publicidad y el periodismo, donde el trabajo es intelectual y creativo.

Éste es, por tanto, el principal reto que tenemos los periodistas hoy en día: crear una presencia digital fuerte mediante la calidad, la originalidad y la diferenciación. Una de las mejores herramientas para conseguirlo es el blog. En este contexto de crisis económica y de precariedad laboral, me parece muy acertada la siguiente frase del periodista Carlos Carnicero: “Me pueden despedir pero de mi blog no me pueden echar”. 

Es cierto que existen demasiados blogs (unos 2.500.000 millones en España, según un estudio de Telefónica) y que es muy complicado aportar algo nuevo, pero hoy en día, los blogs me parecen más necesarios que nunca para los periodistas. Para algunos suponen una parcela personal donde distanciarse del medio que les da de comer y opinar libremente. 
Para otros, constituyen la única forma de ganarse la vida. En cualquier caso, siempre son herramientas muy útiles para darse a conocer y poder volcar ideas.

En mi opinión, el camino hacia el éxito como bloggero se debe basar en tres pilares: pasión por lo que haces, dominio del lenguaje y especialización en un tema en concreto. Todo ello se debe combinar con nuestra propia personalidad para hacer del blog un lugar diferenciado.  Según Juan Luis Manfredi, profesor de Comunicación y Estrategia en la UCLM, “hay que alinear lo que somos, lo que hacemos y lo que decimos que hacemos y somos. Solo así se puede generar credibilidad en nuestro entorno y ganar la confianza de clientes, inversores, colegas y otros stakeholders” . Es probable que a pesar de estas pautas, nos encontremos con blogs similares al nuestro, pero no podemos desanimarnos. La única solución posible es escribir, escribir y escribir. Sólo así, lograremos encontrar un estilo propio que defina nuestros textos. Y esto, actualmente, es fundamental si queremos abrirnos paso en un mundo tan competitivo y saturado como es el periodístico. 

martes, 19 de marzo de 2013

La Facultad de Bellas Artes acoge la Jornada “Nuevas Utopías: pensar y construir desde la diferencia”


                              Fuente: uclm.es
La Facultad de Bellas Artes del Campus de Cuenca fue el lugar escogido para la Jornada “Nuevas Utopías”, promovida por la Facultad de Periodismo de la misma ciudad. Durante la mañana y tarde del pasado jueves, los ponentes trataron temas como el arte, la filosofía, la comunicación o las nuevas tecnologías. 

Por la mañana, los asistentes, en su mayoría estudiantes, pudieron disfrutar de las palabras de Francisco Jarauta, catedrático de Filosofía. El profesor reflexionó sobre el futuro que nos espera, teniendo en cuenta la velocidad de los cambios sociales y tecnológicos que se están produciendo. En palabras de Jarauta: “Si imaginamos cómo será el año 2030, no acertaríamos en nada o casi nada”. El catedrático de Filosofía también denunció el presente que estamos viviendo, caracterizado por un “vacío político” y los “intereses del capital”. Por este motivo, Francisco Jarauta planteó la necesidad de “dar contenido moral al futuro”. 

En la jornada, también estuvieron presentes Antonio Laguna, decano de la Facultad de Periodismo; Francisco Javier Espinosa, profesor de Filosofía; y José Ramón Alcalá, Catedrático en la Facultad de Bellas Artes. Los ponentes reflexionaron sobre el concepto de utopía bajo tres perspectivas diferentes: histórica, filosófica y artística. Para Laguna, estamos ante la época de las “ciberutopías”, en la que el Estado desaparece y renace el individuo a través de las nuevas tecnologías. Javier Espinosa definió la utopía como una negación: “El ‘no’ es el comienzo de todo”. Respecto a la pregunta de quiénes son los utopistas, el profesor de Filosofía señaló que “cualquiera”. Por su parte, José Ramón Alcalá expuso varios ejemplos de utopías en el arte y ha concluido proponiendo el siguiente debate: “¿Puede el arte transformar el mundo?”

Para poner el broche de oro a esta jornada, durante la tarde se proyectó la película La rosa de nadie, obra de Ignacio Oliva, profesor en la Facultad de Bellas Artes. La película fue rodada íntegramente en la capital conquense. Tras  la proyección, “Nuevas Utopías” se cerró con un coloquio sobre la película en el que participaron el director Ignacio Oliva y los profesores Antonio Fernández, José Antonio Sánchez y Francisco Jarauta. 

jueves, 14 de marzo de 2013

American Beauty


La vida de Lester Burnham, un padre de familia cuarentón, cansado y apático, dará un giro de ochenta grados cuando conozca a Angela, una amiga de su hija. Desde ese momento, hará todo lo posible por conquistarla.

             fuente: gmanreviews.com
Éste simplemente es el punto de partida de una película que va mucho más allá. Aunque aparentemente la historia gire sobre la atracción existente entre Lester y Angela, American Beauty es una una auténtica sátira de la sociedad norteamericana. En ella, no sólo se critica el “sueño americano” sino todos los valores sobre los que se sustenta la sociedad de consumo occidental: el materialismo, la pasividad, la avaricia, la pérdida de nuestra propia identidad, etc. Mediante unos personajes perfectamente trazados (la insegura, la ambiciosa, la animadora superficial, etc), la película es un reflejo de nuestros miedos, nuestros complejos, nuestros defectos, nuestras preocupaciones y en definitiva, de todo aquello que nos rodea y define nuestra existencia. Pero no solo se ponen de manifiesto las miserias inherentes a la naturaleza humana, sino que además nos hace preguntarnos por el sentido de nuestra vida. Mediante el personaje de Lester, que despierta de su letargo cuando conoce a Angela, American Beauty nos incita a rebelarnos contra todo aquello que nos hace infelices dejando a un lado las ataduras familiares, sociales, laborales, morales o económicas. En resumen, nos anima a poner en práctica nuestra capacidad para decidir quiénes queremos ser y cómo queremos vivir.

Poco más se puede decir de esta gran película por la que Sam Mendes fue reconocido internacionalmente como uno de los directores más prometedores del panorama actual. Cinco Oscars la avalan, entre ellos el de Mejor Película, Mejor Director y Mejor Actor al inconmensurable Kevin Spacey. Sin duda, una de las mejores películas de los últimos tiempos ya que mediante unas excelentes actuaciones y un acertadísimo guión, consigue atrapar a partes iguales a crítica y público.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Elena Sanz Bartolomé: "El periodismo debe adaptarse a los cambios sociales y la versión digital es la mejor forma de hacerlo"


Elena Sanz Bartolomé
Nacida en Zaragoza en 1986, Elena Sanz Bartolomé se sintió atraída por el deporte desde que sus padres cometieron “el error de llevarle a La Romareda”. Corría el año 1994 y con tan sólo ocho años pudo vivir cómo el Real Zaragoza ganaba a un Real Madrid en el que debutaba el mítico Raúl. Su afición por el fútbol pronto se convirtió en pasión hacia el deporte en general. A esto hay que sumar su inclinación por la escritura y la literatura, lo que la llevó a abandonar la capital aragonesa para estudiar Periodismo en la Complutense. A pesar de que el sueño de sus padres era tener una hija ingeniera o doctora, Elena Sanz confiesa que siempre le motivó más ver un partido de fútbol, seguir la NBA y animar a los deportistas españoles como Rafa Nadal o Fernando Alonso. Tras acabar la carrera, realizó un máster en Comunicación y Periodismo Deportivo en la Universidad Europea de Madrid. Desde 2004, ha sido “una orgullosa chica de provincias y becaria” en varios medios: Aragón Digital, Diario AS owww.elpueblodigital.es. En julio de 2011, aterrizó en la sección deportiva del diario online El Confidencial, medio en el que trabaja actualmente.

-¿Dirías que el periodismo está en crisis? ¿Por qué?

El periodismo atraviesa su propia crisis que unida a la general, hace que sufra el doble. La profesión se ha ido devaluando con el paso del tiempo y la culpa sólo la tenemos los periodistas. Nos hemos olvidado de la misión que se nos presupone: informar, contar la verdad, crear opinión, mover a las masas. El producto ha perdido calidad por el abuso que sufre la profesión. Los periodistas se han convertido en hombres y mujeres orquesta, no sólo deben buscar la información y contrastarla, también deben editarla, ilustrarla, complementarla, difundirla… Es la consecuencia de la reducción de costes. Muchos medios salen adelante gracias a becarios mal pagados y sin demasiada experiencia, a redactores cansados y quemados por las malas condiciones laborales… Todo esto hace que se pierda la pasión y el oficio, lo nota.

-¿Piensas que la prensa en papel sobrevivirá a la avalancha digital?

Definitivamente, no. Además de la crisis que vive el país, el periodismo atraviesa su propia crisis provocada por la falta de inversión publicitaria. Los periódicos de papel no viven de las ventas (en línea descendente) sino de los ingresos publicitarios que cada vez son menos voluminosos. Un periódico en papel es más caro que uno digital. Y los motivos económicos no son los únicos. Nuestra sociedad ya es digital, se mueve al ritmo de Internet y de las redes sociales así que es evidente que el periodismo debe adaptarse y su versión digital es la mejor forma de amoldarse a los cambios sociales que surgen.

-Como periodista, ¿qué diferencias encuentras entre el producto informativo para el papel y el destinado a la Red?

Más que diferencias, veo ‘pros’ y ‘contras’. El periodismo digital te da la inmediatez, poder informar sobre lo que está sucediendo en el momento a través de un seguimiento en directo, te da la oportunidad de tener un tema acerca de lo que está pasando en tiempo real. Sin embargo, la información que encuentras en un periódico de papel cada mañana forma parte del pasado, es algo que todo el mundo ya sabe, ya le ha llegado el torrente informativo el día previo. Es cierto que el papel te permite un mayor análisis, profundizar en el tema, cuidar la información (a veces las prisas son traicioneras) contar con complementos como las opiniones, gráficos, galerías de imágenes pero hoy en día, la prensa digital también te ofrece este plus que acompaña a la noticia principal. Además, el papel tiene un límite algo que no existe en Internet.

-Teniendo en cuenta la cantidad de medios online existentes, ¿dónde crees que reside el valor añadido? ¿Cuál es el secreto del éxito?

Hoy en día es muy complicado diferenciarse del resto. La información que recibes de las agencias es la misma para todos los medios, cuando cubres una rueda de prensa tienes lo mismo que el resto de tus compañeros… Por ello, hay que trabajar para desarrollar cierto olfato, curiosear y ver detalles que pasan desapercibidos para el resto, ser muy observador. Y, por supuesto, la experiencia te da una agenda, fuentes, accesos directos a los protagonistas que sólo se pueden lograr con el paso del tiempo en el que se presentan situaciones en las que desarrollas cierta complicidad con el personaje: puede que él en un momento te pida un favor, no publicar algo polémico o perjudicial; después esa persona sabrá agradecer el gesto. De algún modo, es como una ‘relación amorosa’: unas veces cedes tú y otras veces la fuente.

-¿Tiene cuenta de Twitter? ¿En qué medida crees que es importante para su trabajo?

Sí tengo cuenta de Twitter, la creé como parte de una asignatura en mi último año de carrera y ahora es vital en mi día a día. Las redes sociales han inundado nuestra sociedad, la información viaja de un lado a otro del planeta a gran velocidad y Twitter es una herramienta perfecta para el periodista, imprescindible, inmediata, se ha convertido en una fuente principal de información desde el momento en el que los protagonistas (en mi caso deportistas, equipos, agentes, otros periódicos de información deportiva, colegas de la profesión...) también están presentes en Twitter, la información viene directamente del protagonista y de su entorno. Como ejemplo, recuerdo el fichaje de Agüero por el City: fue el propio jugador el que informó de todos los pasos en su cuenta personal. Nos enteramos antes por Twitter que por las agencias de información.

-¿Qué oportunidades crees que supone el ciberperiodismo?

El periodismo se está trasformando. El papel está condenado y en un futuro se impondrá totalmente lo digital. Hay que verlo como una oportunidad, no como una amenaza. Se trata de un periodismo más abierto, no hay límites. Fomenta la diversidad porque tienes la oportunidad de informar llegando a cualquier rincón. Además puedes interactuar con el destinatario del mensaje, con el lector, escuchar su opinión igual que ellos hacen con la nuestra. Te da la oportunidad de retomar ese contacto que se ha perdido al mismo tiempo que fomenta el debate, la creación de grupos con intereses comunes (esta es una de las máximas en El Confidencial, nuestros lectores).

-En el contexto actual, caracterizado por una crisis social, económica y política, ¿qué papel debe jugar el periodismo?

España no atraviesa su mejor momento. Cada día los medios inundamos el espacio con noticias negativas: casos de corrupción, agravamiento de la crisis, crispación social… Tradicionalmente hemos sido el ‘cuarto poder’ y debemos responder a esta definición. Los medios de comunicación tenemos la misión de contar qué está pasando, con la verdad por delante, porque los que mueven los hilos del país están vertiendo demasiadas mentiras. Debemos y tenemos que denunciar todo aquello que va en contra de nuestro país, crear opinión, fomentar un espíritu de mejor para poder salir del agujero en el que estamos inmersos.

-¿Qué consejos le darías a un estudiante de periodismo?

Esta es la pregunta del millón y la más complicada de responder. El mundo del periodismo, hoy en día, tiene ’overbooking’ y las cosas están muy complicadas. Yo miro a mi alrededor y muchos de mis amigos y compañeros de promoción están inmersos en el doctorado, en segundas carreras, se han marchado del país o están en paro. Muy pocos hemos cumplido el sueño de dedicarnos a lo que queríamos. Me considero afortunada porque encontré mi actual trabajo en medio de la crisis. Hay que tener paciencia (mucha), luchar y trabajar para diferenciarse del resto porque ahora mismo, todos estamos igual de formados académicamente. Hay que estar preparado para todo: trabajar gratis, con sueldos de risa (sobre todo para los becarios), jornadas de más de ocho horas, decir adiós a tu vida social... No es fácil pero si te gusta la profesión, compensa todo lo que inviertes en ella. No hay que perder las ganas ni la esperanza a pesar del temporal que atraviesa la profesión.

domingo, 3 de marzo de 2013

A vueltas con la "Marca España"

En los últimos tiempos, se ha ido implantando el concepto de “Marca España” en el ideario de la sociedad. La razón es sencilla: son varios los autores que han escrito sobre el tema en artículos de opinión, informes, conferencias, etc. Además, las noticias sobre este campo no dejan de producirse. A comienzos de año, Leopoldo González-Echenique, presidente de la Corporación RTVE y el Alto Comisionado para la Marca España, Carlos Espinosa de los Monteros firmaron un convenio para potenciar la “Marca España” y a los emprendedores españoles. Ahora bien, ¿qué es exactamente la “Marca España”? ¿Y qué importancia tiene?

fuente: @BrandSpain
Luis Manzano, experto en branding, define una marca como “todo el conjunto de percepciones que diferencian una oferta”. Si lo extrapolamos a un país o una comunidad autónoma, se podría  identificar con la imagen exterior que se tiene del mismo. Es decir, se trata de una carta de presentación para atraer a turistas e inversores, fundamentalmente. Por lo tanto, el principal objetivo que se persigue es la rentabilidad económica. Según el asesor político Simon Anholt, las variables que acompañan este concepto son seis: exportación, política, turismo, inversión e inmigración, cultura y gente. 

En relación a estos factores, el problema de España es que tradicionalmente ha sido percibida por sus “atributos blandos”: muchas posibilidades de entretenimiento, ocio y turismo, bonitas playas, tiempo agradable, sociedad abierta y simpática y atrayente estilo de vida. Sin embargo, la imagen es frágil en cuanto a los “atributos duros”: escasa inversión e innovación en tecnología, debilidad del entorno económico, pocas empresas reconocidas internacionalmente y deficiente calidad de productos y servicios.

Por este motivo, se está intentando reestructurar la imagen exterior de nuestro país. El principal encargado de llevar a cabo esta tarea es el Estado a través de diversos órganos. Para empezar, en 2012, se creó la figura del Alto Comisionado para la “Marca España”, responsable de planificar y gestionar todas las actividades que promocionen la “Marca España”. Actualmente, este cargo lo ocupa Carlos Espinosa de los Monteros. Además, como máximo apoyo, el Alto Comisionado cuenta con un Consejo de “Marca España”, que reúne a organismos como el Comité Olímpico Español, el Instituto Cervantes, el Real Instituto Elcano o la Agencia EFE.

A pesar de la importancia que tiene el concepto de “Marca España”, nunca había tenido tanto protagonismo como hoy en día. De hecho, la figura del Alto Comisionado se creó hace apenas unos meses mediante el R.D. 998/2012, de 28 de junio. También sorprende que la página web sobre la “Marca España” date del pasado diciembre. Parece que por fin, el Estado se ha tomado en serio esta política de comunicación. Hasta ahora, existía una amalgama de órganos que exportaban la imagen  de España sin un responsable claro al frente de todos ellos.

El problema es que, en mi opinión, todos los esfuerzos para revitalizar la “Marca España” se echan por tierra en el día a día. La agenda mediática está poblada de casos de corrupción en todos los niveles y en todos los partidos políticos. Parece que hoy en día no hay una tendencia tan “made in Spain” como la estafa y el engaño. No se libra ni el actual Gobierno, en entredicho por los papeles de Bárcenas, ex tesorero del PP. La oposición tampoco parece estar pasando su mejor momento. El escándalo de Ponferrada o la consulta soberanista en Cataluña son algunos de sus frentes abiertos. Ni siquiera la siempre bien considerada y prestigiosa Casa Real levanta cabeza. La implicación de Iñaki Urdangarín en el caso Nóos ha abierto la puerta a muchas sospechas en torno a la supuesta  participación de otros miembros de la realeza. A todo esto, hay que sumar la profunda crisis económica que sigue ahogando el ánimo de la sociedad española. Los recortes en sectores como la sanidad y la educación no han hecho más que seguir aumentado la distancia entre el pueblo y sus representantes. Y no sólo existe un desapego con respecto a las instituciones, sino entre las propias comunidades autónomas. Como bien señala Luis Manzano, “los nacionalismos y modelo autonómico son perjudiciales para la creación de una marca España fuerte”.

Ante este panorama, es bastante complicado atraer a empresas e inversores a corto plazo. Hoy en día, España no transmite demasiada seguridad, estabilidad ni confianza en ningún ámbito. Los problemas persisten en todos los niveles: social, institucional y económico. Por ello, creo que es doblemente importante que el Estado siga creyendo e invirtiendo en la “Marca España”. Evidentemente, no es la única solución a esta crisis general, pero sí un gran paso para ganar competitividad y prestigio.

miércoles, 20 de febrero de 2013

¿Y si todo lo que conocemos no fueran más que cortinas de humo?

“Con frecuencia tenemos la impresión de que los políticos hablan para los periodistas y éstos escriben para los políticos”. Esta frase de María José Candel resume a la perfección la permanente correspondencia entre el poder político y el periodismo. Y además, es un buen punto de partida para realizar un análisis sobre la película La Cortina de Humo. 

Bajo la dirección de Barry Levinson, este film del año 1997 refleja los entresijos del poder y su relación con los medios. La acción se centra en las artimañas del equipo de gobierno estadounidense para hacer frente a un escándalo que perjudica al presidente. A pocas semanas de las Elecciones Generales, la reelección de éste se complica por una acusación de abusos sexuales. El despacho oval está en juego y no hay tiempo que perder, por lo que el gabinete presidencial decide inventar una historia que oculte el affaire. Para ello contratan a Conrad Bread (Robert de Niro), experto en comunicación política. Éste propone crear un conflicto ficticio con Albania que desvíe la atención de la opinión pública. Pero Winifred Ames (Anne Heche), asesora del presidente, no las tiene todas consigo...

- ¿Por qué Albania?
- ¿Y por qué no? ¿Qué sabemos de ellos?
- Casi nada.
- Exactamente. Parecen sospechosos. ¿A quién conoces tú de Albania? ¿Qué sabes de los       albaneses? ¿Quién se fía de ellos?
- Sí, pero Albania no nos ha hecho nunca nada.
- ¿Y han hecho algo por nosotros?

           fuente: fotogramas.com
En este caso, la estrategia consiste en jugar con el desconocimiento de la ciudadanía y el temor que ocasiona una guerra. Sin embargo, éste no es un recurso novedoso. A lo largo de la historia, muchos gobiernos han legitimado todo tipo de dudosas actividades apoyándose en conflictos reales o ficticios. La guerra contra el terrorismo ha sido el pretexto utilizado para emprender acciones opresivas que facilitan el control de la población. Ese letargo y sumisión es precisamente lo que interesa a los poderosos ya que una sociedad pasiva es menos peligrosa para su continuidad en lo más alto. Ésta es la teoría que Armand Mattelart apunta en su libro Un mundo vigilado. Uno de los ejemplos que el autor belga señala es el aumento de la seguridad a nivel mundial desde los atentados del 11 de septiembre. Con la excusa de proteger a la población, se han coartado libertades civiles y se han introducido mecanismos de control en aeropuertos y otros lugares de tránsito público. La paradoja reside en que la sociedad ha aplaudido algunas de estas decisiones, ajena a los intereses políticos o económicos que hay detrás.

En este cruel escenario, los gobiernos también han contado con el beneplácito general de los medios de comunicación. Conscientes de su influencia, éstos han sido utilizados como herramientas para apuntalar los discursos oficiales. “Los medios se comportan como actores políticos que influencian las culturas políticas de los ciudadanos a través del diario consumo de noticieros y periódicos, representando intereses económicos o negociando con el Estado la cobertura de las demandas sociales” (Macassi, 2002)

Por otro lado, también es interesante analizar la figura de Stanley Motts (Dustin Hoffman), excéntrico productor de Hollywood que materializa la cortina de humo. Para lograr la adhesión de la audiencia, Motts apuesta por utilizar diferentes recursos
con una fuerte carga emocional. Mediante lemas simples (Coraje, mamá) y sintonías pegadizas, la ciudadanía es invitada a movilizarse a favor de la guerra. Finalmente, el absurdo general desemboca en la invención de un héroe, el general Schumann. La versión oficial es que fue atrapado por los albaneses pero en realidad es sólo un recluso acusado de violación. La situación acaba volviéndose en contra de Motts, Brean y compañía ya que Schumann es asesinado cuando intenta abusar de una mujer. Aún así, su féretro es recibido con los mismos honores que se dispensa a un verdadero héroe. Esto nos remite a la obra de Dayan y Katz sobre las tramas típicas de los acontecimientos mediáticos: conquista, competición y coronación. A pesar de que Schumann haya muerto, su labor en la guerra se reconoce como una gran gesta. Además, la magnitud de su funeral lo glorifica definitivamente como alguien digno de recordar y admirar.

El hecho de que un delincuente acabe convertido en un héroe da buena cuenta del potencial de los gobiernos y los media para crear realidades. Y precisamente, es esto lo que la película pretende poner de manifiesto y criticar. Teniendo en cuenta que gobernantes y periodistas están en el mismo bando, ¿a quién o qué podemos creer? ¿No será todo lo que conocemos una cortina de humo que oculta acontecimientos mucho más trascendentales? Esta película nos recuerda que aquello que transmiten los medios de comunicación es sólo una selección de todo lo que ocurre. Es decir, cuando hablamos de discursos públicos, hay que “atender tanto a lo que vinculan -los significados, valores, emociones o discursos que asocian a una dada cuestión-, como a lo que bloquean.” (Cristina Peñamarín, 2002). Y sobre todo, debemos tener en cuenta que hoy en día, la manipulación de las mentes es una forma de poder mucho más efectiva que el dominio mediante la fuerza.

jueves, 14 de febrero de 2013

Black Mirror: reflejo de una realidad no tan lejana


                                                                     fuente:jotdown.es
El título de Black Mirror, miniserie británica que dio la campanada el año pasado, ni es casual ni podría ser más acertado. Charlie Brooker, creador de la serie, pone sobre la mesa distintas situaciones basadas en el día a día para retratar el mundo en el que vivimos. Las historias de Brooker forman un espejo en el que reflejarnos y del cual tendremos que apartar la vista ante la vergüenza que produce el hecho de verse imitado. El primer capítulo , The National Anthem, no deja lugar a dudas de hasta qué punto la ficción y la realidad se evocan entre sí. En este caso, la dinámica actual sirve a Charlie Brooker para crear una situación inusual y extrema que nos hace cuestionarnos nuestro sistema y nuestros propios valores. ¿Qué ocurriría si la infanta Leonor fuera secuestrada y Mariano Rajoy tuviera que practicar la zoofilia para salvar su vida? Aunque este suceso parezca imposible, Black Mirrornos demuestra que la realidad está más cerca de la ficción de lo que imaginamos.

Como bien adelantábamos, la trama de este primer capítulo gira en torno a un hecho sin precedentes. El Primer Ministro, Michael Callow, se despierta con una terrible noticia: La princesa Sussanah, una especie de Lady Di contemporánea, ha sido secuestrada. La información llega a través de un vídeo subido a YouTube. En él, la chica anuncia la increíble exigencia del captor: Michael Callow deberá practicar el sexo con una cerda para salvar la vida de la querida princesa. Pero ahí no acaba todo. Este hecho deberá ser retransmitido por la televisión nacional en horario de máxima audiencia. A pesar de los esfuerzos del Gobierno por encontrar a la princesa Susannah y salvaguardar la imagen de Callow, la presión de la opinión pública precipita los acontecimientos. La respuesta de la ciudadanía se ve amplificada por los comentarios en los media y en las redes sociales, lo cual obliga al primer Ministro a cumplir con lo establecido. De esta manera, la princesa es liberada y el Primer Ministro aumenta su popularidad. A pesar de que Callow haya reforzado su consideración entre el pueblo, el final del capítulo nos muestra que la relación con su mujer está hecha añicos. Esto nos hace reflexionar sobre la verdadera influencia de las nuevas tecnologías y las herramientas surgidas en el marco de la web 2.0. En los últimos tiempos, éstas han adquirido un significado global, instantáneo y retroactivo, donde todo gira en torno a su potencial. Su expansión ha alcanzado tal magnitud que ni siquiera el Primer Ministro puede escapar al poder de las mismas.

Además de perfilar la enorme importancia que tienen los nuevos dispositivos tecnológicos, The National Anthem también nos hace preguntarnos sobre la sociedad de hoy en día. Cuando los telespectadores se enteran del reto al que se enfrenta el Primer Ministro, lo califican de “repugnante” y “asqueroso”. Muchos declaran incluso que no encenderán la televisión para no presenciar tan morboso espectáculo. Con un micrófono delante y ante la atenta mirada de un periodista, la mayoría contesta lo que resulta más ético y correcto. Sin embargo, cuando llega la hora establecida, todo el país se agolpa en los bares para ver en acción al Primer Ministro.

Algo parecido ocurre en los media. En su búsqueda permanente de lo novedoso y sorprendente, los medios de comunicación suelen seleccionar aquellos hechos fuera de lo común. Al exhibir masivamente todo tipo de escándalos, también se muestra por contraste cuál es el camino a seguir. Es decir, se enseñan y repiten continuamente determinados sucesos, para después condenarlos como monstruosos e inaceptables. En este capítulo, encontramos un ejemplo durante la tertulia que mantienen en el canal UKN. Mientras debaten sobre el tema del día, un contertulio utiliza la expresión “hacer el amor con un cerdo”. Inmediatamente, la presentadora le interrumpe y le pide que no se centren en detalles escabrosos. A pesar de que hayan estado todo el día dando publicidad a la noticia, el equipo del programa decide que no es conveniente usar términos demasiado explícitos. Esto nos demuestra la hipocresía y la simpleza que caracteriza a los medios de comunicación. Estos rasgos no sólo están presentes en los media, sino que también definen a la sociedad. Los espectadores nos hemos convertido en una máquina traga-sensaciones, dispuestos a consumir todo aquello que resulte inesperado y morboso. Es decir, nos afanamos en buscar aquello que rompa con una realidad monótona y repetitiva, sin cuestionarnos nuestras elecciones. Si el punto fuerte de la programación consiste en ver al Primer Ministro cometiendo la zoofilia, todos estaremos expectantes frente al televisor. ¿Quién se perdería a Mariano Rajoy practicando el sexo con un cerdo? Tal vez, ahí esté el problema. Tal vez, los medios de comunicación sólo sean el cruel reflejo de lo que somos.

Precisamente, ésta es la clave principal sobre la que gira Black Mirror. A través de una situaciones insólitas, Charlie Brooke pretende mostrar y criticar el mundo en el que vivimos. E incluso se podría decir que nos advierte sobre una realidad no tan lejana. Teniendo en cuenta que hasta el Primer Ministro puede verse sacudido por la influencia de las nuevas tecnologías y sistemas de comunicación, ¿quién o qué puede limitar su impacto? Parece que hoy en día, la única regla es que no hay reglas.



viernes, 8 de febrero de 2013

Exilio


                                                fuente: poetadelalba1985
Al menos, una vez al mes, cuando un papel la retaba a ser ella misma, comenzaba el exilio. Por unas horas o por unos días, se separaba en cuerpo o en alma de todo lo que era y la rodeaba. Se sentía extranjera en su propia vida. No tenía ganas de compartir su tiempo con nadie. En esos días, habitaba entre versos, compases o recuerdos. Quien la conocía y sabía leerle las entrañas, ya contaba con esos inviernos porque siempre eran iguales. Ella acabaría volviendo sin hacer ruido, volvería a vestirse las legañas de entre semana y la sonrisa perenne de los días de sol.

Durante esos retiros, el papel era el único que conseguía hacerla hablar. Era incapaz de mentirle porque sabía que le debía mucho, le debía toda aquella paciencia y lealtad por no juzgar sus pensamientos. Era la única vía para reconciliarse consigo misma y poder mirarse hacia adentro sin dolor. Sólo después de haberse desnudado y haberse vertido por unos cuantos renglones, se sentía en paz.

El problema es que nadie, ni siquiera ella misma, sabía cuánto duraría aquella calma. Sólo había alguien capaz de darse cuenta: el folio en blanco más cercano. Siempre vacío, dispuesto a escuchar cualquier súplica, cualquier deseo, cualquier lloro. Su blancura eterna la invitaba a dejase llevar. No había que temer. Él la conocía bien, sabía que tenía que respetar sus huidas, aunque fueran sin motivo. En esos días no cabía ningún reproche, ninguna crítica. Simplemente había que dejarla ser. Ella, acostumbrada a su trato sincero y cálido, no tenía más opción que rendirse mientras se acurrucaba en torno a él. Y entonces, ya no había vuelta atrás: volvía a desnudarse al calor de las palabras.